Entrevista a Raúl Portero sobre La vida que soñamos:
- ¿Cómo te sentiste al alzarte ganador del Premio Terenci Moix?
Eufórico al principio. Sientes que se te reconoce por algo que sabías que hacías bien y que a menudo, la gente no ha sabido valorar –y no me refiero a los editores, sino a las personas que tienes más cerca-. Luego, con la novela a la venta, me sentí fuera de lugar: acababa de llegar a un mundo que desconocía –el literario- con un premio bajo el brazo otorgado a mi primera novela, no tenía ni idea de cómo iba el mundillo, hablar en publico, de quién era quién, etcétera. Y también creía que se había llegado muy lejos con esto de la literatura gay cuando en realidad estamos en el principio.
- ¿En qué medida ha influido este reconocimiento en tu trayectoria de narrador?
Aún no lo sé, acabo de sacar mi segundo libro y aún es temprano para hablar de una trayectoria pero tengo la sospecha de que ha puesto las expectativas más altas sobre mi segundo libro que si no lo hubiera ganado. De todas formas, su influencia ha sido sobretodo personal.
- ¿Cómo te surgió presentarte a este concurso?
Yo no me lo había planteado, pero mis amigos más cercanos insistieron en que lo presentara. Aún así me hice mucho el remolón y lo presenté in extremis el último día, sin demasiadas esperanzas porque pensaba que estaba pactado, como casi todos los premios.
- ¿Vives la vida que sueñas?
No, sueño la vida que quiero tener y hago todo lo posible por alcanzarla, pero es complicado porque requiere mucho tiempo y esfuerzo, y también enfrentamientos con personas a las que valoras.
- ¿Le tienes tirría a las mayúsculas?
No, hombre no. La ausencia de mayúsculas en esta novela se debe a que ambos personajes se sienten pequeños dentro de la historia, diminutos, desbordados por las circunstancias. Para obtener esa sensación de empequeñecimiento de los personajes, la narración requería también alusiones constantes a las dimensiones enormes de la ciudad de Barcelona, por ejemplo, pero parece que lo de escribir un libro entero en minúsculas ha sorprendido a mucha gente, pero bueno, ya ha habido algunos antes.
- ¿Qué va a encontrar el lector en tu novela?
La historia de Carlos y Josep, que es una historia de cómo surge el amor entre dos personas vista muy de cerca, basada en los momentos más íntimos vividos entre los dos y que suelen pasar desapercibidos cuando los hemos vivido y que con el tiempo llegamos a saber que ésos han sido los más grandes y significativos.
- ¿Por qué te gusta narrar alternando el pasado y el presente?
Echar la vista atrás nos sirve para ver cómo hemos cambiado. Si nuestro yo de hace tres años pudiese ver quiénes somos ahora, cómo somos, qué hemos hecho y vivido, y con quién lo hemos hecho, se sorprendería.
- ¿Qué importancia tiene el tabaco en el relato?
Bueno, la única importancia que tiene el tabaco sobre la historia es que reflejan parte de la personalidad de los personajes: fuman compulsivamente porque son compulsivos y están en permanente estado de tensión. Y claro, me venía como anillo al dedo que fumaran tanto para ayudar a justificar el cáncer de pulmón que sufre Josep.
- ¿Las cosas que hacemos a escondidas no dejan rastro?
Precisamente las cosas que hacemos a escondidas son la que dejan mayor rastro, o al menos, las que dejan un rastro más peligroso. Con el tiempo, los secretos siempre se hacen grandes y nos atormentan. Mejor no tenerlos.
- ¿Qué piensas de la muerte?
No pienso nada en especial sobre ella. De hecho casi no pienso en ella. Sé que me voy a morir, como todo el mundo. Nacemos, por lo que morimos. Es de cajón.
- ¿Por qué la enfermedad del protagonista es un cáncer y no es el sida?
¿Por qué tenía que matar a Josep de sida? ¿Porque es gay? No lo hice sin ninguna intención de romper esquemas, aunque vistas las veces que me lo han preguntado parece que sí se han roto, al menos en parte. La verdad es que estoy un poco cansado de que en las películas o en los libros los gays, si se mueren, sólo se mueran de sida, ¡como si no pudiéramos morirnos de otra cosa! Me hace muchas gracia la gente que dice que la literatura gay está cargada de estereotipos y que luego en sus escritos recreen esos mismos estereotipos, o anden buscándolos donde no los hay. Josep muere de cáncer porque la enfermedad ya venía en el lote cuando creé al personaje, como sus ojos verdes o su barba de dos días.
- ¿Por qué esperamos el sexo como algo más idílico?
Porque nos encantaría que los juegos de cama sean perfectos y románticos, como nos lo han pintado en las películas. ¿A quién no? De verdad, sería genial mantener una relación sexual donde todo vaya como la seda. Hacerlo lentamente, dándose muchos besos, que no duela, donde nos corramos a la vez… ¡patrañas!
- ¿El pasado es una lacra que está siempre presente?
No, no es ninguna lacra, todo lo contrario: es lo que nos hace crecer, porque se asimila en el tiempo presente. En todo caso la lacra son los recuerdos que tenemos de él, siempre y cuando sean malos y no nos dejen tranquilos; afortunadamente hay profesionales que pueden ayudarnos con eso.
- ¿Qué importancia tienen los objetos materiales en el relato?
Eso mismo me pregunto yo, cuando escribí la novela no creía que iban a tener tanta importancia para el lector. Hombre, es gracias a los detalles materiales que Carlos, la pareja de Josep, puede “retener” a su novio y superar su muerte porque mantienen vivo su recuerdo, pero vamos, nada más.
- ¿Es doloroso perder al amado?
Siempre es doloroso perder a alguien, sea o no sea al amado. No sólo por la ausencia física de esa persona, sino porque se derrumban los planes futuros que normalmente estaban hechos para dos. Quizá perder a tu novio duele más porque es la persona a la que hemos elegido por voluntad propia (y tampoco hace falta cargárselo para sufrir, vamos, basta que te dejen para que el mundo se te eche encima)
- Pregunta de Carlos: ¿Cómo se puede vivir después?
¿Puedo ser sincero y mal hablado? Jodiéndose hasta cansarte. Sólo entonces decides que es suficiente.
-Completa la frase: ¿Sabes lo que más me asusta ahora mismo?.... Todo lo que me asustaba antes.
- ¿Has echado en falta alguna cuestión? ¿Qué habrías respondido?
No, para eso me habría hecho una auto-entrevista ;-)
- ¿Cómo te sentiste al alzarte ganador del Premio Terenci Moix?
Eufórico al principio. Sientes que se te reconoce por algo que sabías que hacías bien y que a menudo, la gente no ha sabido valorar –y no me refiero a los editores, sino a las personas que tienes más cerca-. Luego, con la novela a la venta, me sentí fuera de lugar: acababa de llegar a un mundo que desconocía –el literario- con un premio bajo el brazo otorgado a mi primera novela, no tenía ni idea de cómo iba el mundillo, hablar en publico, de quién era quién, etcétera. Y también creía que se había llegado muy lejos con esto de la literatura gay cuando en realidad estamos en el principio.
- ¿En qué medida ha influido este reconocimiento en tu trayectoria de narrador?
Aún no lo sé, acabo de sacar mi segundo libro y aún es temprano para hablar de una trayectoria pero tengo la sospecha de que ha puesto las expectativas más altas sobre mi segundo libro que si no lo hubiera ganado. De todas formas, su influencia ha sido sobretodo personal.
- ¿Cómo te surgió presentarte a este concurso?
Yo no me lo había planteado, pero mis amigos más cercanos insistieron en que lo presentara. Aún así me hice mucho el remolón y lo presenté in extremis el último día, sin demasiadas esperanzas porque pensaba que estaba pactado, como casi todos los premios.
- ¿Vives la vida que sueñas?
No, sueño la vida que quiero tener y hago todo lo posible por alcanzarla, pero es complicado porque requiere mucho tiempo y esfuerzo, y también enfrentamientos con personas a las que valoras.
- ¿Le tienes tirría a las mayúsculas?
No, hombre no. La ausencia de mayúsculas en esta novela se debe a que ambos personajes se sienten pequeños dentro de la historia, diminutos, desbordados por las circunstancias. Para obtener esa sensación de empequeñecimiento de los personajes, la narración requería también alusiones constantes a las dimensiones enormes de la ciudad de Barcelona, por ejemplo, pero parece que lo de escribir un libro entero en minúsculas ha sorprendido a mucha gente, pero bueno, ya ha habido algunos antes.
- ¿Qué va a encontrar el lector en tu novela?
La historia de Carlos y Josep, que es una historia de cómo surge el amor entre dos personas vista muy de cerca, basada en los momentos más íntimos vividos entre los dos y que suelen pasar desapercibidos cuando los hemos vivido y que con el tiempo llegamos a saber que ésos han sido los más grandes y significativos.
- ¿Por qué te gusta narrar alternando el pasado y el presente?
Echar la vista atrás nos sirve para ver cómo hemos cambiado. Si nuestro yo de hace tres años pudiese ver quiénes somos ahora, cómo somos, qué hemos hecho y vivido, y con quién lo hemos hecho, se sorprendería.
- ¿Qué importancia tiene el tabaco en el relato?
Bueno, la única importancia que tiene el tabaco sobre la historia es que reflejan parte de la personalidad de los personajes: fuman compulsivamente porque son compulsivos y están en permanente estado de tensión. Y claro, me venía como anillo al dedo que fumaran tanto para ayudar a justificar el cáncer de pulmón que sufre Josep.
- ¿Las cosas que hacemos a escondidas no dejan rastro?
Precisamente las cosas que hacemos a escondidas son la que dejan mayor rastro, o al menos, las que dejan un rastro más peligroso. Con el tiempo, los secretos siempre se hacen grandes y nos atormentan. Mejor no tenerlos.
- ¿Qué piensas de la muerte?
No pienso nada en especial sobre ella. De hecho casi no pienso en ella. Sé que me voy a morir, como todo el mundo. Nacemos, por lo que morimos. Es de cajón.
- ¿Por qué la enfermedad del protagonista es un cáncer y no es el sida?
¿Por qué tenía que matar a Josep de sida? ¿Porque es gay? No lo hice sin ninguna intención de romper esquemas, aunque vistas las veces que me lo han preguntado parece que sí se han roto, al menos en parte. La verdad es que estoy un poco cansado de que en las películas o en los libros los gays, si se mueren, sólo se mueran de sida, ¡como si no pudiéramos morirnos de otra cosa! Me hace muchas gracia la gente que dice que la literatura gay está cargada de estereotipos y que luego en sus escritos recreen esos mismos estereotipos, o anden buscándolos donde no los hay. Josep muere de cáncer porque la enfermedad ya venía en el lote cuando creé al personaje, como sus ojos verdes o su barba de dos días.
- ¿Por qué esperamos el sexo como algo más idílico?
Porque nos encantaría que los juegos de cama sean perfectos y románticos, como nos lo han pintado en las películas. ¿A quién no? De verdad, sería genial mantener una relación sexual donde todo vaya como la seda. Hacerlo lentamente, dándose muchos besos, que no duela, donde nos corramos a la vez… ¡patrañas!
- ¿El pasado es una lacra que está siempre presente?
No, no es ninguna lacra, todo lo contrario: es lo que nos hace crecer, porque se asimila en el tiempo presente. En todo caso la lacra son los recuerdos que tenemos de él, siempre y cuando sean malos y no nos dejen tranquilos; afortunadamente hay profesionales que pueden ayudarnos con eso.
- ¿Qué importancia tienen los objetos materiales en el relato?
Eso mismo me pregunto yo, cuando escribí la novela no creía que iban a tener tanta importancia para el lector. Hombre, es gracias a los detalles materiales que Carlos, la pareja de Josep, puede “retener” a su novio y superar su muerte porque mantienen vivo su recuerdo, pero vamos, nada más.
- ¿Es doloroso perder al amado?
Siempre es doloroso perder a alguien, sea o no sea al amado. No sólo por la ausencia física de esa persona, sino porque se derrumban los planes futuros que normalmente estaban hechos para dos. Quizá perder a tu novio duele más porque es la persona a la que hemos elegido por voluntad propia (y tampoco hace falta cargárselo para sufrir, vamos, basta que te dejen para que el mundo se te eche encima)
- Pregunta de Carlos: ¿Cómo se puede vivir después?
¿Puedo ser sincero y mal hablado? Jodiéndose hasta cansarte. Sólo entonces decides que es suficiente.
-Completa la frase: ¿Sabes lo que más me asusta ahora mismo?.... Todo lo que me asustaba antes.
- ¿Has echado en falta alguna cuestión? ¿Qué habrías respondido?
No, para eso me habría hecho una auto-entrevista ;-)
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