Mientras miro por la ventana, veo el mar azul y las palmeras del paseo marítimo. Por otro lado, la voz autómata del profesor de lengua y literatura, explica los pronombres personales sujetos y sus relaciones con los complementos.
Analizando esta lección de gramática, me doy cuenta que, la gramática consiste en relacionar palabras la unas con las otras. Si extrapolásemos esto al comportamiento humano, podríamos decir entonces, que la gramática es como el ser humano o la vida misma en sí, un conjunto de relaciones que varía en significado según el sujeto con el que estés. Puedes complementarte, o bien te obligas a cambiar de lugar o de significado, así como lo hacen verbos, atributos, oraciones pasivas, etc.
Es en ese preciso instante, cuando empiezas a complementar tu vida con preguntas, ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿quién?
Cuando llega ese momento a tu vida, sientes como ésta, es una pizarra que no para de ser escrita en una clase magistral, mientras la inercia de la vida o de tus actos te dan el resultado de la frase, y eres analizada por tus compañeros de clase.
Ojalá pudiese volver atrás en el tiempo, y borrar esa pizarra contaminada con letras inconexas, ojalá hubiese dicho no a aquella primera raya de coca. Tal vez, si hubiese sido más precavida, me habría dado cuenta del desenlace final de la frase.
No obstante, sé que puedo cambiar, que nunca es tarde, que todavía la vida puede darme una oportunidad. He de ser valiente, y cuando suene la sirena del recreo, no ir a los baños con mi compañera de mesa, me inventaré una excusa, diré que no he terminado las actividades, y si me insiste le diré que vaya ella, que yo iré más tarde, pero no voy a ir, me daré una vuelta, o me iré de clase, ya todo me da igual. Tengo úlcera de estomago por culpa de toda esa mierda que me he metido. Pero lo peor no es eso, ¿cómo decirle a mi madre que estoy embarazada?, que no me acuerdo quién ha sido, que estaba tan colocada que ni siquiera recuerdo dónde lo hice. ¿Y ahora qué hago? , aborto o sigo para delante, ¿se lo cuento a la tutora?, no sé dónde ir, dónde recurrir. Me da vergüenza ir a mi médico de cabecera, me conoce de toda la vida y tengo miedo a que le diga algo a mi madre, me siento tan mal…
Hey Raquel, hace rato que ya ha sonado el timbre del recreo, ¿me acompañas al baño?
No, hoy no me encuentro bien, ve tu sola, hoy no me apetece.
Bueno tú te lo pierdes, por si cambias de idea te espero en los aseos de la planta de arriba, ya sabes que ahí no sube nadie.
Cada día que pasa, Sonia me da más asco. No es que pretenda culparla de mis problemas, pero su influencia ha sido un pilar importante. Al menos hoy no voy a meterme nada, he de ser fuerte y afrontar ya de una vez mis problemas de forma consciente…
Continuará
Félix Perea
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