Sergio: "SPEED DATING"
Estaba allí, no sé cómo caí en las redes de mi amigo Ramón, pero lo que puedo asegurar es que cuando me di cuenta estaba allí. Sí, sentado en una mesita redonda y con una chapita con un número, el doce, uno más y hubiera empezado la noche con mal pie con lo supersticiosa que soy.
Era una filita de mesas con manteles rojos y velitas que creaban un ambiente más íntimo, bueno a mí me sirvió para tranquilizarme un poco. Estaba de los nervios, nunca había quedado con nadie del chat y esta situación me superaba. Me animó una de las chicas de la organización a sentarme y a continuación, nos explicaron en qué consistía el juego, por así denominarlo.
Tenía cinco minutos para conocer a la persona que se sentara en frente, interrogarla a fondo y descubrir si existía feeling. Iba a conocer a 19 tíos, así que alguno cumpliría mis requisitos. No es que sea muy exigente, pero... lo normal: moreno, con ojos verdes, que no fume, nada de consumo de drogas, alcohol lo mínimo, sin piercing ni tatuajes y por supuesto, con casa, indefinido y cochazo; ya por pedir.
Y por fin, llegó la hora de la verdad. Mi primer acompañante se llamaba Mario, jovencito, ojos marrones, delgado para mi gusto. Nos sonreímos para quitar hierro al asunto y después de presentarnos y darnos los besos de rigor. Me lancé y le pregunté de qué trabajaba. Sé que no estuvo nada acertada mi pregunta, pero los nervios me jugaron una mala pasada. El chico se sonrió y me comentó por encima que trabajaba en una empresa familiar sobre seguridad.
La noche se me pasó volando, los cinco minutos eran muy escasos y cada vez pregunta cosas más íntimas o más impensables, cómo las que yo también recibía:
- ¿Tu último sueño?
- ¿Qué te llevarías a una isla desierta?
- Si fueras un animal ¿Cuál te gustaría ser?
- ¿Cuál es tu flor preferida?
- ¿Has hecho alguna locura en tu vida?
Me lo estaba pasando genial y conociendo a gente muy interesante, ya que gracias a estas preguntas la velada se hacía más relajada y ser entrevistado toda una gozada. Incluso de algunos pretendientes no llegué a conocer su nombre.
Cuando llegó el momento de hacer el recuento de mi papeleta, vi que tenía marcado a seis. Nada mal para una sola noche, teniendo en cuenta mi timidez e inseguridad para conocer a otras personas y más para ligar.
Cuando llegó el momento de hacer el recuento de mi papeleta, vi que tenía marcado a seis. Nada mal para una sola noche, teniendo en cuenta mi timidez e inseguridad para conocer a otras personas y más para ligar.
De estos seis, al tercer día había recibido un email con tres contactos con los que habíamos congeniado, con sus fichas y lo más importante, sus números de móviles. Por supuesto, me decidí y quedé con Manu. Pero eso es otra historia.
Continuará...
David García
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