En 2008, publicó Ganas de hablar:
Sinopsis: Después de toda una vida arreglándoles las uñas a domicilio a las «señoras bien» de La Algaida con su haute manicure, y dándoles bullanguera y muchas veces terapéutica conversación, el manicura Cigala recibe el reconocimiento oficial de sus paisanos, que le consideran una verdadera institución: el pleno municipal acuerda ponerle su nombre a una calle.
Entusiasmado por la noticia, y alentado por sus irrefrenables y reivindicativas «ganas de hablar», Cigala pide que le pongan su nombre a la hasta ahora llamada calle Silencio, como compensación por cuanto, aunque parezca mentira, ha tenido siempre que callar. Con esas mismas «ganas de hablar», y hasta la fecha fijada para el acontecimiento, se lo irá contando todo, día a día, no sólo a su senil y silenciosa hermana Antonia, con la que vive y a la que cuida, y a sus clientas, y a la Fallon, y al curita Pelayo, sino también a sí mismo y a los fantasmas de su pasado, y se enfrentará a la pitracosa Purita Mansero y a todos los que se escandalizan porque le quite la calle nada menos que al Cristo del Silencio, cuya cofradía pasa por ahí cada Miércoles Santo.
Biografía: Eduardo Mendicutti. Nacio en 1948 en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Es escritor y periodista. En 1972 se traslada a Madrid, donde obtiene el título de periodista; desde entonces colabora en distintos periódicos y revistas. Al año siguiente obtiene el premio Sésamo con su primera novela, Tatuaje, que fue cesurada y que permanece inédita. Su segunda novela Cenizas (1974) apareció, por entregas, en la revista Garbo; su primer libro publicado fue Una mala noche la tiene cualquiera, en 1982 en una editorial de Zaragoza. Después Tusquets Editores ha ido publicando, con creciente éxito de crítica y de público en España y en el extranjero, las obras de Medicutti. Director de publicaciones de Tecniberia; ha obtenido diversos premios y sus obras han sido traducidas a varios idiomas.
La obra de Mendicutti, recorrida por personajes homosexuales, ha ido trazando, desde distintos aspectos, una auténtica "crónica ética" de un mundo marginal, pero que convive con todos nosotros sin que de él conozcamos de la misa la mitad. El humor, que siempre empapa toda su obra, adquiere sobre todo en Los novios búlgaros, matices agridulces, tal vez porque es el humor de un hombre que prefiere comprender a juzgar y que intenta no perder pie.
Sostiene que no le ofende que le definan como un autor homosexual, pero sí le molesta "el prejuicio que conlleva".
Columnista del diario El Mundo desde su fundación, escribe también en la revista gay Zero y es, asimismo, comentarista de televisión.
Fuente: Wikipedia
Sostiene que no le ofende que le definan como un autor homosexual, pero sí le molesta "el prejuicio que conlleva".
Columnista del diario El Mundo desde su fundación, escribe también en la revista gay Zero y es, asimismo, comentarista de televisión.
Fuente: Wikipedia
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